1. Eliminar distractores
Aunque es tentador darle un smartphone o tableta a tu hijo para distraerlo durante la hora de la comida, esto solo irá empeorando el problema. Debes enseñarle a tu hijo que concentrarse en la acción de comer y que los alimentos que está consumiendo son tan interesantes como otras actividades. Esto puede tardar un poco, pero la constancia dará sus frutos.
2. Establecer un horario fijo
Debes saber que un niño pequeño debe comer aproximadamente cuatro o cinco veces al día y que para lograr que desarrolle un buen hábito de comidas debes establecer horarios fijos de alimentación que le ayuden a acostumbrarse. Con esto lograrás que pique alimentos extra durante el día y evitarás problemas como el sobrepeso o la gastritis.
3. Reduce el azúcar
El azúcar es un arma poderosa. Investigadores de la Universidad de California en los Ángeles (UCLA) han demostrado que esta sustancia es muy adictiva, por lo que puede ser difícil de controlar en los niños pequeños. Por esta razón, lo mejor es ir reduciendo la oferta de golosinas durante el día hasta el punto de minimizarlo a una o dos veces por semana.
4. Diversifica los alimentos
¿Qué es bueno para abrir el apetito en niños? Una buena forma de evitar que los niños se vuelvan melindrosos es invitarlos a probar diferentes alimentos. Amplía el menú que les ofreces e introduce periódicamente nuevos alimentos con el fin de que aprendan a aceptar nuevos sabores y texturas el resto de su vida. Si tu hijo ya se niega a probar cosas nuevas, intenta apegarte al método de la imitación. Entre más personas vea disfrutando este nuevo alimento, será más probable que quiera probarlo. Te damos algunas ideas de recetas fáciles, rápidas y ricas para los niños.
5. Cuida las proporciones
Sírvele solo lo que va a comer y evita ofrecerle de más. Darle demasiada comida a tu hijo, aun cuando sepas que no se lo terminará todo, solo lo estresará, lo molestará y lo hará sentir como que es incapaz de terminarlo. Y al final esto lo verá como una tarea larga y tortuosa que nunca termina.
La paciencia será tu mejor aliado en este camino para que tu pequeño vuelva a comer bien. Recuerda que la actitud que tú muestres ante esta situación también influye mucho en la reacción de tu hijo, por lo que deberás mantenerte tranquila y accesible para evitar hacer de la hora de la comida un momento estresante.