Ya hemos hablado mucho acerca de los grandes beneficios que tiene el mindfulness para niños, pero no te hemos contado cómo se practica. Iniciar puede ser muy sencillo y no necesitas acercarte a ningún instituto especializado, puedes comenzar con ejercicios muy fáciles de realizar en casa como estos que te proponemos a continuación.
1. El juego del rehilete
Para empezar a enseñar a tus hijos ejercicios de respiración solo necesitas un rehilete. Invítalo a soplarle con diferentes intensidades, mientras lo hace pídele que se concentre en su cuerpo, en cómo su pecho se mueve para dejar salir el aire y en el movimiento de las aspas. Después realiza las siguientes preguntas: ¿cómo te sientes cuando soplas con más fuerza?, ¿qué te hace sentir soplar de forma lenta? Seguramente descubrirán muchas emociones juntos.
2. Saltando sin parar
Parte esencial del mindfulness para niños es el uso del cuerpo. Los niños necesitan utilizar toda la energía que tienen y este ejercicio es perfecto para ello. Pídele a tus hijos que salten en silencio durante 1 minuto entero, con toda la fuerza que tengan. Al terminar el tiempo deberán sentarse con las manos sobre el corazón y sentir los latidos. Pídeles que escuchen con atención sus latidos, que controlen su respiración inhalando y exhalando de forma rítmica y sientan poco a poco cómo sus latidos se van tranquilizando.
Explícales que esta respiración les ayuda a tranquilizar su corazón cuando están agitados físicamente, pero también cuando alguna emoción los supere.
3. Escuchar la campana
Este ejercicio ayudará a los pequeños a concentrarse en el silencio. Toca una campana o cualquier instrumento que tenga un sonido prolongado y pídele que cierre los ojos y escuche con atención hasta que el sonido haya desaparecido por completo.
Aléjate y acércate en distintas ocasiones para cambiar la perspectiva. Intenta que el volumen del sonido vaya ascendiendo y descendiendo, también puedes introducir diferentes sonidos con cosas que tienes en casa para que no se aburra.
Algo importante que debes considerar es que los niños no tienen la capacidad de atención de un adulto, por lo tanto no esperes que las sesiones duren 30 minutos o más. Empieza con intervalos de 5 minutos y con el tiempo puedes ir aumentando la duración de los ejercicios.
Te recomendamos hacer cada actividad junto con tus hijos, de esta forma no solo los motivarás más para realizarlas, sino que tú también comenzarás a notar los beneficios del mindfulness en ti misma.