Salir de casa a trabajar varias horas al día, implica dejar a nuestros hijos al cuidado de otros y eso suele generar sentimiento de culpa y angustia en muchas mamás. Creemos que es posible combinarlas y que la vida laboral y los hijos no son asuntos excluyentes.
Organiza los tiempos
Planear es una de las tareas en las que debes entrenarte y desarrollar experticia. Adelanta, reparte y delega labores del hogar, asegúrate de recibir ayuda de cuidadores de confianza, y organiza tus cronogramas laborales para que puedas priorizar tareas y cumplir tus metas.
Concentración
Sucede que las agendas se nos enredan porque no todo lo planeado pasa al pie de la letra. Es mejor decir que no a las labores que no podrás asumir, es mejor tener pocas prioridades y dedicarte tiempo a ti para no enloquecer en el intento. Cuando estés en la oficina, concéntrate en cumplir las metas del día y asume que habrá asuntos que queden pendientes para mañana. Cuando estés en familia, concéntrate en disfrutar y poco a poco lograrás armonizar ambas esferas de tu vida.