Desde que nacen, los niños buscan contacto y aprobación de la madre, y cuando van creciendo esa búsqueda es una necesidad vital para sentir que valen y son importantes.
Parece obvio, pues las mamás amamos a los hijos, pero ellos necesitan sentirlo en nuestras acciones y escucharlo también es fundamental.
“Tú me diviertes”
Sus frases nos sorprenden y sus opiniones nos generan curiosidad, así que ¿porqué no decírselo? Ríete a carcajadas con sus ocurrencias y diles a viva voz que ellos te divierten, que te hacen reír y llenan tu día de una energía diferente, esa que a los adultos se nos agota.
“Quiero jugar contigo”
La solicitud de tiempo para jugar, suele ser de parte del hijo al padre ¿Qué tal si por este mes (y ojalá sea hábito de todos los meses) le solicitas que juegue contigo? Estamos convencidos de que ese cambio de observador será el mejor poema de amor para los oídos y el corazón de tu hijo. Pues es a través del juego que, a cualquier edad, un niño reconoce el universo que habita. Así que no sólo lo puedes invitar a jugar, sino pedirle que juegue contigo.