El método de pasteurización casera de la leche no modifica su composición nutricional por el contrario acaba con los microorganismos que producen intoxicaciones y diversas enfermedades sin afectar las vitaminas y los minerales que nos aporta.
La leche de origen animal en su estado natural posee numerosas bacterias que no son bien procesadas por nuestro organismo, para lograr un consumo óptimo de esta deliciosa fuente de energía aprende cómo pasteurizar la leche en casa para prevenir el crecimiento de bacterias e incrementar su vida útil.
El método de pasteurización casera de la leche no modifica su composición nutricional por el contrario acaba con los microorganismos que producen intoxicaciones y diversas enfermedades sin afectar las vitaminas y los minerales que nos aporta.
Para comenzar con el proceso de pasteurización en casa debes primero desinfectar las botellas que servirán como contenedores de la leche, al igual que sus respectivas tapas; para ello colócalas a hervir en agua durante 10 minutos.
En un hervidor doble o a baño de maría coloca la leche cruda, calienta a 145 °F (62 °C) y mantenla a esa temperatura por alrededor de 30 minutos y revuelve constantemente.
Utiliza un termómetro para monitorear la temperatura, si llega a bajar, vuelve a configurarla y reinicia el conteo de los 30 minutos.
Coloca la parte de arriba del hervidor o de la olla de baño de maría en agua con hielo, cambia el agua cada vez que se caliente, hasta que la leche llegue a 40 °F (4 °C) o menos, en un tiempo máximo de 40 minutos.
Y finalmente vierte la leche en las botellas que desinfectaste inicialmente, tápalas y refrigera.
Este proceso puede mantener el buen estado de la leche hasta dos semanas y te permitirá disfrutar completamente de todos sus beneficios.