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Cómo bañar a tu gato en casa y otros tips de higiene

Olvídate de los rasguños y las peleas, con estos tips aprenderás cómo bañar a tu gato sin causarle un trauma en el intento.

Uno de los temas más complicados del cuidado de los mininos es el aseo, porque aunque ellos mismos se encargan de la mayor parte de este aspecto no podemos dejar de lado la hora del baño, un momento que a casi ningún felino le agrada. Pero no temas porque con estos consejos aprenderás cómo bañar a un gato sin terminar con los brazos marcados por sus garras y algunos otros tips de higiene que mantendrán limpio al pequeño rey de la casa.

Antes de comenzar a hablar sobre baños, tenemos que aclarar por qué no es tan imprescindible bañar a un gato tanto como ocurre con los perros. La respuesta es que los felinos suelen ser muy dedicados en el cuidado de su propia higiene, prácticamente todos los días se acicalan a ellos mismos evitando que se acumule la suciedad en su pelaje. Es por esta misma razón que a gran parte de los gatos no les agrada que alguien más los moje y los bañe.

¿Cuántas veces se debe bañar a un gato?

Sin embargo, esto no quiere decir que los baños tengan que ser totalmente excluidos de su rutina. Aunque los gatos se retiren el pelo muerto, masajeen las raíces de su pelaje y esparzan los aceites de su cuerpo de manera más uniforme, partículas de polvo y otro tipo de suciedad no salen totalmente tan solo con su lengua; por lo que necesitarán ayuda para que su pelaje no se vuelva grasiento o pegajoso.

Además, en algunas situaciones es necesario agregar a su limpieza diaria una ducha. Por ejemplo, si tu minino ha estado enfermo o ha convivido con algún animal enfermo, necesitará una limpieza externa para evitar que cualquier virus llegue a su boca. También si ha estado fuera de casa o si has notado que en varios días no ha podido ocuparse de su higiene. Otra de las razones importantes es si ha presentado algún problema en su piel o el veterinario lo ha indicado.

La frecuencia del baño dependerá de su edad, tipo de pelo, costumbres y necesidades. Por ejemplo, un cachorro puede comenzar a bañarse desde los 2 meses y deberás hacerlo con mayor frecuencia que con los gatos adultos, ya que acumulan suciedad más rápido y aún no saben usar su lengua. Además, hacerlo de forma periódica desde que son pequeños les ayudará a acostumbrarse a esta rutina y evitará que se estresen.

A partir del año, puedes bañar a tu gato cada tres o cuatro meses dependiendo del largo de su pelo. Si tiene un pelaje largo o mediano y además le gusta pasar tiempo fuera de casa, requerirá baños más frecuentes que los gatos de pelo corto que no salen a la calle.

Tips para bañar a un gato al que no le gusta el agua

Aunque no es verdad ese rumor de que todos los gatos odian el agua, sí es cierto que al ser un elemento poco cotidiano suele generarles recelo. Además, mojarse o sentirse rodeados de agua puede desorientarlos y generarles estrés, por lo que podrían reaccionar violentamente. Por suerte, existen algunas técnicas para bañar gatos en casa que podrán ayudarte a que tu minino se sienta menos incómodo y te sea más fácil bañarlo.

gato acostado lamiendo su pelo
  • Mantente en calma

    Esta situación ya será extraña para tu gato y si además percibe tus nervios o molestia, él se sentirá aún más indispuesto a bañarse. Por eso, es importante que te mentalices y pase lo que pase mantengas la calma.
  • Deja que se acostumbre

    Permite que escuche el sonido del agua corriendo, que vea el agua en la que se duchará e incluso que se acerque a su propio tiempo a ella. De esta forma estará más cómodo al momento de meterse.

  • Cepíllalo antes del baño
  • De esta forma lograrás relajarlo antes de entrar a la ducha y, además, te asegurarás de que no se generen nudos en su pelaje que después costará mucho deshacer.

  • No utilices agua muy caliente o muy fría
  • A los gatos les gusta mantenerse frescos por lo que el agua caliente los pondrá muy incómodos y el agua muy fría los molestará, procura hacerlo con agua templada muy similar a la de la temperatura del lugar.

  • No lo sumerjas totalmente
  • Para que el minino se sienta cómodo, necesitará estar parado sobre sus cuatro patas y sentir el suelo firme. Coloca una toalla para evitar que se resbale y no dejes que el agua rebase sus patas, solo utiliza el agua necesaria.

  • Protege sus oídos
  • Colocar una bolita de algodón en cada oído evitará que el líquido entre y genere problemas futuros como infecciones y taponamientos.

¿Cómo secar a un gato después del baño?

Secar correctamente a tu gato es casi tan importante como el baño. A diferencia de los perros, lo mejor es evitar que el gato se seque al aire libre, a menos que te encuentres en un lugar con temperaturas muy altas o que sea verano. La mejor forma para secarlo es utilizar el secador de cabello en una temperatura fría.

Primero, retira el exceso de agua con una toalla muy gentilmente y realiza algunos mimos para que pueda relajarse después del baño. Después pasa el secador, manteniéndolo a una distancia de por lo menos 15 cm de su piel para evitar quemarlo. Una vez seco, cepíllalo y verás como su pelo luce brilloso y esponjoso.

Una vez que tu minino esté listo no olvides dejar el espacio del baño limpio y desinfectado, para evitar alergias e infecciones. Para esto recomendamos el jabón multiusos Ajax, que elimina malos olores, retira los residuos visibles y desinfecta las superficies*.

Recuerda que bañar a tu gato en casa no tiene por qué ser una mala experiencia. Tú mejor que nadie conoces bien a tu mascota, por lo que sabrás cuándo es un buen momento para asearlo. Hacerlo con la frecuencia adecuada hará que el baño sea una experiencia más tranquila y agradable.

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