Con este tip de cocina podrás hacer ensaladas frescas con ingredientes como recién comprados en cualquier momento de la semana.
Con este tip de cocina podrás hacer ensaladas frescas con ingredientes como recién comprados en cualquier momento de la semana.
Con este tip de cocina podrás hacer ensaladas frescas con ingredientes como recién comprados en cualquier momento de la semana.
Acá mezclaremos una base de ensalada, pero puedes elegir hojas de los vegetales que más te gusten como lechugas de diferente tipo, espinacas, coles, perejil y albahaca. Evita ingredientes como tomate, cebolla, champiñones, pimentón o pimiento morrón, ya que estos deben agregarse frescos al momento de servir para garantizar su frescura.
Lechugas.
Arúgula (también llamada rúcula o rúgula).
Col o repollo.
Bolsas para congelar resellables.
Papel de cocina.
Centrifugadora de ensalada (opcional).
1. El primer paso para preparar ensaladas frescas es lavar las lechugas y córtalas en tiras tan pequeñas como gustes.
2. Toma la arúgula y desmenúzala con los dedos. También puedes cortarla en tiras si lo prefieres. La arúgula es ideal para usar en todo tipo de recetas saludables.
3. Corta la col o repollo en pequeñas tiras. Puedes dejarla así o, como mostramos en la imagen, ablandarla un poco dejándola 5 minutos en agua caliente para después utilizarla en tus recetas saludables. De esta manera queda mucho suave en sabor y textura sin perder su crocancia. Si decides hacer esto debes colarla para eliminar la mayor cantidad de agua posible.
4. Una vez tengas todas tus hojas cortadas, lava todo con agua fría y escúrrelas con la ayuda de un centrifugador de ensaladas. Si no tienes este fantástico utensilio, pon todos los vegetales sobre toallas de papel de cocina y envuélvelas para secarlas lo mejor posible y después usarlas en diversas recetas saludables.
5. Ahora pon la mezcla en una bolsa resellable sin llenarla hasta el tope. Recomendamos que cuando compres estas bolsas busques las que sean biodegradables, así, desde nuestra cocina, podremos ayudar al planeta.
6. Dobla una toalla de papel de cocina y ponla dentro de la bolsa. Esta absorberá el exceso de agua.
7. Antes de cerrar, presiona la bolsa sacando el aire y creando un ambiente al vacío para tu ensalada.
8. Ahora puedes guardar esta bolsa en tu refrigerador y tomar lo que necesites cada día de la semana. Cada vez que la vuelvas a cerrar, asegúrate de sacar todo el aire que puedas, para que tu base de ensalada se conserve fresca.
Usa este tip de cocina para guardar diferentes vegetales juntos o separados para diferentes recetas. ¿Qué base de ensalada fresca usas tú? No olvides comentar y probar esta idea. ¡Realmente funciona!