1. Desconecta o apaga el refrigerador y luego retira todos los alimentos, desecha lo que no sirva; asegúrate de revisar todos los compartimentos.
2. Coloca los alimentos en una tina o recipiente con hielo o procura demorar en el proceso menos de 4 horas para que los alimentos no se deterioren.
3.Remueve todas las repisas y partes desmontables y lávalas aparte.
4. Remoja una esponja en una mezcla de bicarbonato y agua, posteriormente refriega todas las paredes, el techo, piso, los estantes y la puerta; Asegúrate de quitar todos los restos de comida.
5. Instala de nuevo las partes y coloca de nuevo los alimentos al interior, prende el refrigerador y ¡listo!