Con ella pueden prepararse canelones, lasaña, verduras gratinadas e incluso acompañamientos para pastas, papas o para cocinar otros riquísimos platos para toda la familia.

Esta salsa es rápida, muy simple de hacer y además funciona como base para hacer diversas variaciones, como las que descubrirás más adelante. Aprende esta receta simple y maravillosa que puedes decorar con una flor de tomate para sorprender a la familia o a los invitados.

 

Ingredientes
  • 500 ml de leche.
  • 50 g de mantequilla.
  • 1 cucharada de harina.
  • 1 cucharadita de sal.

 

Procedimiento

Pon la mantequilla en una cacerola y cocínala a fuego lento hasta que se derrita, revolviendo suavemente con una cuchara de madera.

Agrega la harina y revuelve hasta lograr una pasta homogénea.

Vierte poco a poco la leche mientras revuelves rápidamente para que no se formen grumos.

Agrega la sal, procurando remover constantemente.

Ahora, puedes añadir una pizca de tu especia favorita (opcional).

Continúa revolviendo hasta que la salsa esté bien blanca, firme y uniforme.

Variaciones de la salsa bechamel

Puedes variar la salsa bechamel agregando y reemplazando ingredientes de la receta clásica, como por ejemplo:

 

  • Bechamel con salsa de tomate: sustituye la leche por salsa de tomate.
  • Bechamel con salsa de tomate y queso: sustituye la leche por salsa de tomate y agrega además ½ taza de queso rallado por cada taza de salsa.
  • Bechamel con perejil: al servir la salsa clásica, espolvorea 2 cucharadas de perejil picado por taza.
  • Bechamel con cebolla: saltea 2 cucharadas de cebolla picada bien fina y agrégala a la mantequilla de la receta clásica.
  • Bechamel con anchoas: al finalizar la receta clásica, agrega ½ cucharadita de pasta de anchoas.
  • Bechamel con mostaza: añade una cucharadita de mostaza por cada taza de leche.
¿Cómo preparar una salsa bechamel más o menos consistente?

Otra de las variaciones que puedes hacer a esta receta es variar la cantidad de leche o de harina para lograr una salsa más o menos consistente. Si aumentas la cantidad de harina, obtendrás una consistencia más espesa, ideal para preparar canelones, rellenos de pasteles salados o tartas. Si por el contrario, agregas más leche, obtendrás una salsa más líquida, perfecta para hacer sopas.

Una buena receta para compartir en familia es la de canelones de verduras. El relleno se prepara con la receta clásica, aumentando las proporciones de harina (para que sea más consistente) y reduciendo la mantequilla para que sea más liviana. Para lograr esto, también puedes cambiar la mantequilla por aceite liviano y así obtener una versión light de esta maravillosa salsa.

Ahora que sabes cómo preparar salsa bechamel, tanto en su versión clásica como en sus diferentes variantes, puedes preparar en minutos un riquísimo almuerzo o una cena y sorprender a tus invitados.

¿Qué variante de la salsa bechamel harías tú?