Procedimiento
1. Toma un par de huevos y revisa que ninguno esté roto o agrietado. Si son huevos de gallina refrigerados, déjalos reposar a temperatura ambiente por diez minutos antes de cocinarlos.
2. Llena ¾ de un recipiente hondo con agua y ponla a hervir a fuego alto. Deja hervir el agua hasta su ebullición.
3. Una vez que el agua esté en ebullición, reduce el calor a fuego medio.
4. Coloca sobre una cuchara sopera huevo por huevo e introdúcelos lenta y cuidadosamente en el agua hirviendo. De este modo evitamos que los huevos se agrieten o se rompan. Asegúrate de que el agua los cubra por completo.
5. Programa el temporizador en 8 minutos exactos, ni un minuto más, ni un minuto menos, ya que el tiempo de cocción afecta notablemente el resultado si queremos que la yema quede líquida. Déjalos cocinando a fuego medio mientras el agua continúa en ebullición.
6. Apenas concluyan los 8 minutos, sácalos del fuego y llévalos inmediatamente bajo el chorro de agua fría del grifo y déjala correr encima de los huevos por 30 segundos.
7. Rellena de nuevo el mismo recipiente con agua fría, agrega un poco de hielo sin sacar los huevos cocidos y déjalos reposar por un momento. Esto hace que la clara se contraiga y sea más sencillo desprender la cascara. Otra forma de hacerlo es golpeando firmemente con una cuchara los extremos del huevo e ir retirando la cáscara poco a poco.
¡Listo! Disfruta de un desayuno rico y nutritivo con unos sabrosos huevos cocidos con yema liquida que puedes untar en el pan tostado.
Y a ti, ¿de qué forma te gusta cocinar los huevos cocidos? ¿Los prefieres con la yema líquida o bien cocida?